Esta mañana iba paseando tranquilamente con un amigo, achicharraos de calor, cuando derrepente escuchamos un estruendo, un sonido fuerte, como si alguien hubiese tirado algo: y así fue, mas o menos, la propia casualidad tiró a una vieja contra el suelo. Menos mal que había gente cerca, todo el mundo ayudandola a levantarse, que amable es la gente a pesar de que digan lo contrario. Pues no voy a ser menos que los demás, vamos a llamar al samur que la vieja se nos está desangrando por la barbilla, si es que a cierta edad ya no se puede correr alma de cantaro.
Bueno, después de todo el jaleillo que se ha montado, el samur parece que llegará en cualquier momento, eso me han dicho; y la mujer está bien acompañada, así que voy a seguir con mis cosas, yo ya he cumplido aquí.
A lo largo del dia empezaron a ocurrir cosas extrañas, la gente empieza a devolverme el dinero, me invitan a comer (dos veces) y lo mejor de todo, por la tarde voy con un colega al hipercor y no nos cobran el parkin.
Como me dijo un amigo: has echo una buena acción hoy, el karma te lo agradecerá.
Si el karma es tan agradecido, rezaré por mas viejas despistadas callendose por la calle para acudir al rescate.
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